lunes, 24 de junio de 2019

from @pinvestigacion - Nocturno del poeta y la arepa Aquiles Nazoa - Venezolano (1920-1976). Esta noche tiene hambre la amada del poeta, y él, temblando de frío, sale a ver qué le encuentra. Mas todo está cerrado: por las calles desiertas no se ve ni una sola arepería abierta, los carros de tostadas terminaron la venta y en triste caravana se fueron ya de vuelta al son de los crujidos de sus chirriantes ruedas, y hasta los botiquines y bares y tabernas hace ya mucho rato que cerraron sus puertas… Esta noche tiene hambre la amada del poeta, y él, igual que una sombra, cruza las calles gélidas, en la búsqueda ansiosa de un lugar donde pueda comprar alguna cosa para que coma ella. Pero todo es inútil, pues el pobre poeta en las calles nocturnas ha dejado las suelas, y encontrar no ha logrado ni una taguara abierta donde comprar un sánguche de diablito, siquiera, o una humilde empanada de caraotas negras que llevarle a su amada que lo aguarda famélica. Entonces, fatigado, se sienta en una acera, y mientras de cansancio los ojos se le cierran, apoyado en las manos mira arriba y sueña: Entre viendo y soñando descubre así el poeta que es la noche a sus ojos una cocina inmensa con lejanas y blancas bocanadas de niebla que a flotantes columnas de humo se asemejan, tal como si allá arriba cocinaran con leña… y ya al sueño entregado viendo va mientras sueña que el cielo es un budare, la luna es una arepa y un gran plato de queso rallado, las estrellas, en tanto que las nubes evocan de tan tiernas, lambetazos de fina mantequilla danesa. Y así fue como el bardo resolvió el problema: después de rellenarla de nubes y de estrellas, la luna en el bolsillo le llevó a su doncella, y ésta, que todavía lo esperaba despierta, entrándole a la luna como a cualquier arepa, se la pegó enterita sin ver la diferencia. - #regrann


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