El olor del buen pan horneado, como el sonido del agua que fluye ligeramente, es indescriptible en su evocación de inocencia y deleite ... [Hacer pan es] uno de esos negocios casi hipnóticos, como un baile de alguna ceremonia antigua. Te deja lleno de uno de los olores más dulces del mundo ... no hay tratamiento quiropráctico, no hay ejercicio de yoga, no hay hora de meditación en una capilla musical. eso te dejará más vacío de malos pensamientos que esta ceremonia hogareña de hacer pan. -MFK Fisher

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